VIVAN LAS CADENAS
Es fama que los absolutistas españoles que se opusieron a la implantación de un régimen político liberal en España, adoptaron esta expresión como orgulloso grito de guerra y desafío ante los que ellos consideraban peligrosos elementos revolucionarios que acabarían destruyendo a la España auténtica, aquella que gritaba también aquello de “Viva el rey absoluto y muera la nación”.

Del mismo modo, aún hay profesores que parece que gritaran “Viva el libro de texto y mueran las pantallas”. El libro de texto es ese amo bondadoso, que nos libra de la incertidumbre, a salvo de imprevistos, a salvo de nuestra propia responsabilidad. El libro de texto nos hace la vida más fácil. Con él, no tenemos que nadar en el oscuro piélago de la legislación educativa española; ya lo hace la editorial por nosotros, adaptando el texto a cualquier cambio. No tenemos que preocuparnos de reciclar nuestros contenidos, ya introducen ellos los nuevos temas. No tenemos que elaborar materiales o sistemas de evaluación, ya nos proveen ellos hasta de aplicaciones que elaboran exámenes. No tenemos que diseñar programaciones, ya que basta que cambiemos el logo a la que ellos cortesmente nos facilitan…
Son muchas horas de reflexión, trabajo y en ocasiones angustia las que ahorramos si confiamos en un libro de texto. Las editoriales nos ofrecen todo lo que podemos soñar como maestros. Y todo a cambio de una sola cosa. Una totalmente inmaterial. Una a la que la gran parte de la población no parece dar valor. Nuestro alma docente. Nuestra libertad.
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