He tenido el privilegio de impartir unas sesiones de formación sobre Experiencias de Innovación en la Asignatura de Historia para los alumnos del Máster de Formación de Profesorado de la Universidad de Alcalá de Henares, mi alma mater. No tengo palabras para describir la experiencia de compartir nuestros proyectos y el entusiasmo que ví en mis futuros compañeros, que estoy seguro, van a ser unos magníficos profesionales de la Educación del Siglo XXI. Una educación que va a exigir el máximo de ellos, un verdadero reto que superarán con formación y vocación. Hablamos específicamente de nuestras experiencias de Flipped Clasroom y Gamificación y de cómo el cambio metodológico es catalizado y multiplicado en sus efectos por la tecnología. Hicimos una práctica de clases invertidas a partir del uso de la aplicación Explain Everything y de cómo integrar el trabajo de clase en la gamificación estructural de diseño propio "Las Guerras Clío". Entusiasmo + Formación es la verdad...
¿Volverán los políticos a cometer el mismo error de 1855 con otra revolución tecnológica: la introducción de tablets/iPads en las aulas? La educación en España, lo mismo que el ferrocarril en 1855, también acumula importantes retrasos respecto al resto de Europa. Ya llegamos una década tarde a las metodologías activas y otra década más respecto a la educación por competencias. Retrasos que se constatan en los decepcionantes resultados de las pruebas externas internacionales en las que participamos, que han variado entre dramáticos y pobres. La conciencia de que la educación en España no funciona es ampliamente mayoritaria. Y los políticos se ven compelidos a hacer algo: escriben leyes, que la mayor parte de las veces chocan con barreras ideológicas o económicas que las hacen ineficaces para los fines a los que aspiran. El debate político al respecto de la educación en España es extremadamente alicorto, de vuelo tan bajo y gallináceo que apenas va más allá de alguna consigna...